Literatura y Romanticismo

{ domingo, 31 de julio de 2011 }

   
Frente al equilibrio clásico, las normas y el didactismo dominantes en el siglo XVIII, los románticos defendieron la originalidad. Se concibe al artista como un ser dotado de un genio creador que no debe ser coartado. La libertad en la vida y en el arte es base del pensamiento romántico, tal y como lo expresa Larra: Libertad en literatura, como en las artes, como en la industria, como en el comercio, como en la conciencia. He aquí la divisa de la época.
Los autores románticos concretan esta mentalidad en los siguientes rasgos:
  • El subjetivismo y el individualismo. Los sentimientos y deseos dominan la literatura: el ansia de libertad y el amor se transforman en ideales de vida. El amor romántico adquiere con frecuencia matices trágicos; es una pasión que se enfrenta a diversas barreras o un ideal inalcanzable. El sentimiento amoroso aparece a menudo truncado por normas sociales o por un destino adverso. Sin embargo, se plantea como una fuerza a la que el hombre tiende inevitablemente.
Además del sentimiento, la literatura acoge otros elementos no racionales, como la fantasía, la imaginación o el sueño. Asimismo, el individualismo se refleja en la importancia del tema de la soledad: el hombre se siente aislado y diferente.
  • La proyección en la naturaleza. Como consecuencia de la primacía de lo subjetivo, los escritores buscan en la naturaleza un confidente. El paisaje a menudo refleja sus estados de ánimo atormentados: ambientes nocturnos, lugares agrestes, ruinas, tormentas...
  • El enfrentamiento con la realidad. El idealismo romántico produce un choque entre los deseos y la realidad. Este contraste ocasiona a menudo decepción, angustia, desengaño y escepticismo en el individuo. El rechazo de las circunstancias presentes se traduce con frecuencia en una defensa de la justicia social o en un deseo de evasión hacia tiempos pasados y lugares exóticos.
  • El gusto por lo sobrenatural y misterioso. La muerte, los cementerios y los ambientes misteriosos son muy frecuentes en la literatura. El romántico se siente atraído por todo lo que la razón no es capaz de explicar. Así, el mundo y el destino humano son concebidos, precisamente, como una incógnita y parecen estar dominados por la irracionalidad. La religión y el Más Allá se tratan, según el tipo de Romanticismo, con diversos grados de ortodoxia.
  • El interés por lo popular y lo nacional. Los románticos acogen todo aquello que interpretan como manifestaciones genuinas del alma de los pueblos: la historia, los romances, las leyendas...
  • Los géneros preferidos por los románticos son el lírico y el dramático, pues constituyen el cauce idóneo para mostrar los sentimientos. En la prensa, el talante crítico se manifiesta en el periodismo de opinión. Así también, el rechazo de las normas se aprecia en la mezcla de géneros.
  • Respecto al estilo, el Romanticismo utiliza con frecuencia un lenguaje retórico, que contribuye a subrayar los sentimientos y aporta intensidad expresiva.
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